Mi Experiencia en la Mina de Sal de Zipaquirá

Mi experiencia en la Mina de Sal de Zipaquirá

Mi experiencia en la Mina de Sal de Zipaquirá fue mucho más que una excursión turística: fue una conexión profunda con la historia, la tierra y conmigo misma. Lo que esperaba que fuera una visita rápida se transformó en una vivencia emocional e introspectiva que aún resuena en mí.

En este artículo te cuento paso a paso cómo viví este destino subterráneo ubicado en el corazón de Cundinamarca, ideal para quienes buscan turismo consciente, seguro y con propósito.

¿Por qué decidí visitar la Mina de Sal de Zipaquirá?

Escuché muchas veces que la Mina de Sal de Zipaquirá era una de las joyas escondidas más impactantes de Colombia. Pero no fue hasta que viajé sola y me animé a conocerla que entendí su magia. Este no es solo un lugar para tomarse fotos: es un espacio que te invita a detenerte, bajar el ritmo y reconectar.

Descendiendo a 180 metros de historia

Al caminar por el túnel principal, la luz exterior se fue apagando lentamente y me sumergí en la oscuridad salina. Las paredes húmedas y la brisa fría me recordaban que estaba cruzando hacia un mundo completamente distinto. Desde el Viacrucis hasta la cruz de 16 metros, todo dentro de la Mina de Sal de Zipaquirá está diseñado para tocar el alma.

Aspectos prácticos para tu visita

  • Ubicación: Zipaquirá, Cundinamarca (a una hora de Bogotá)
  • Horarios: Todos los días de 9:00 a.m. a 5:30 p.m.
  • Entradas: Desde $70.000 COP (pasaporte básico). Compra online en la web oficial.
  • Transporte: Puedes ir en bus desde el Portal Norte, en tren turístico o carro particular.
  • Duración promedio: Entre 1.5 y 3 horas según el ritmo del recorrido.

El café subterráneo que me reconectó

Después del recorrido, me tomé unos minutos para sentarme en el Café del Dome, dentro de la mina. Pedí un capuchino y simplemente observé. El contraste entre lo industrial y lo espiritual fue tan profundo que decidí quedarme escribiendo allí por casi media hora. Fue uno de esos instantes simples, pero memorables, que solo aparecen cuando viajas sin prisa.

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Consejos que me ayudaron (y pueden ayudarte)

  • Compra tus entradas con anticipación.
  • Lleva abrigo. Dentro hace frío constante (aprox. 14°C).
  • Zapatos cómodos y cerrados. El suelo es irregular en algunos tramos.
  • Usa la audioguía si vas sola. Vale la pena cada historia contada.
  • Explora también el Parque de la Sal. No te limites solo a la catedral.

Preguntas frecuentes

  • ¿La Mina de Sal de Zipaquirá es segura para viajar sola? Absolutamente. Hay señalización, vigilancia y es muy turística.
  • ¿Qué incluye la entrada? Dependiendo del pasaporte, puedes acceder a proyecciones, guía, museos y más.
  • ¿Es accesible? Sí. Cuenta con rutas habilitadas para personas con movilidad reducida.
  • ¿Puedo tomar fotos? Sí, excepto en áreas designadas como espacios religiosos.
  • ¿Dónde puedo comer fuera? En el centro de Zipaquirá hay cafeterías y restaurantes locales muy buenos.

Esta fue mi experiencia en la Mina de Sal de Zipaquirá y la recomiendo a toda mujer que quiera hacer un viaje desde la profundidad —no solo de la tierra, sino de su interior.
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Taste Travel Stays
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Soy Joanne, la mente y el corazón detrás de Taste Travel Stays. Ayudo a viajeras y viajeros independientes a diseñar itinerarios estratégicos, auténticos y sin complicaciones. En este blog comparto guías slow travel, consejos prácticos y experiencias únicas que inspiran a recorrer el mundo con libertad, intención y alma.

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